Uno de los conceptos mas
utilizado para el estudio y comprensión de grupos es el de generación ligada
siempre a un acontecimiento trascendente que provoca transformaciones notorias
en todos los integrantes de un grupo.
Es así como surge por ejemplo, la
generación “baby boomers”, llamada así por la gran cantidad de bebés que nació
en el período posterior a la segunda guerra mundial, o la generación X llamada
así por su apatía y hastío.
Con la llegada de éste nuevo
siglo, hemos sido sorprendidos por la rápida llegada de un cambio que si bien
se esperaba, nos sorprendió por la rapidez con que invadió todos los ámbitos de
nuestra vida: La irrupción de las tecnologías de la información y de las
comunicaciones (tic), y es este nuevo acontecimiento el que ha dado la pauta
para nombrar a esta nueva generación. En este entorno económico, social y
cultural nace, crece, y se educa una generación influida por la presencia cada
vez mayor de las tic. Denominada como “generación Net”, o “N”.
Si algo caracteriza a los
miembros de esta generación es sin duda que son tecnofílicos. Siente una gran
atracción por todo lo relacionado con las nuevas tecnologías, por conocerlas,
emplearlas, poseerlas. Los Nets perciben que con las tic es posible la satisfacción
de sus necesidades de entretenimiento y diversión, comunicación, información y,
por qué no, también de formación.
Las tic son parte de nuestra vida
y la generación net se considera “dueña”
de ellas por coincidir en el tiempo su crecimiento con el de estas tecnologías.
Para algunos especialistas estamos frente a la primera generación que domina
las tic.
Si algo llama poderosamente la
atención de los que estudian esta generación, desde una perspectiva educativa,
es la inmediatez de sus acciones y toma de decisiones.
Los Nets quieren aprender por vías no
tradicionales y siempre con el empleo de nuevas tecnologías.
Los miembros de la generación Net
se caracterizan por procesos de atención con márgenes amplios. Atienden de modo
simultáneo a la tarea que realiza, escuchan música, mantienen y trabajan con
varias ventanas al unísono, atienden el teléfono, responden a una pregunta que
se le hace en ese momento. En fin, posee una capacidad de atención distinta a
la de generaciones anteriores, caracterizada más por la profundidad que por su
abarque en contenidos diversos.
Es en este complejo contexto en
el que se convierte en una imperante necesidad el que padres y maestros
comprendan la importancia del momento que jóvenes y niños están viviendo y
lejos de rechazar sistemáticamente la interacción de éstos con las tic,
fomenten su uso de manera responsable, pues tal como las generaciones
anteriores eran preparadas y educadas para enfrentarse al mundo laboral de la
era industrial, es necesario comprender cuáles son las herramientas de esta
generación.
El celular e internet son
herramientas tan comunes y básicas en nuestros días como lo fueron la pala, la
hoz, el martillo y el yunque en esos tiempos, y es tan importante prepararlos
para el mundo que tendrán que enfrentar de adultos como lo era hace 100 años.
En la actualidad el sistema
educativo, del que también forman parte los padres, no prepara a los “nativos
digitales” para enfrentar el mundo, un lugar cambiante en donde las modas se
alteran completamente semana a semana y en donde lo que hoy es útil mañana será
completamente obsoleto. Un mundo que ante ojos extraños parece caótico,
desordenado, confuso pero que sin embargo tiene su estructura y un alto grado
de predictibilidad dentro de su peculiar dinámica, a la que a las generaciones
anteriores les cuesta mucho percibir con claridad.
Es imperativo que la sociedad en general y el sistema
educativo en particular cambie rápidamente para poder guiar a los nativos
digitales en la desconcertante aventura de volverse un miembro útil a la
sociedad.
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